Cuando pasa lo peor que podría pasar
Estaba en segundo de bachillerato. Mi profesora de Lengua Española me había escogido para presentar la biografía del patricio Francisco del Rosario Sánchez en el acto de la mañana, frente a todo el colegio.
Había tenido que redactar o explicar esa biografía varias veces en mi vida, considerando que es uno de los tres padres de la patria; aun así hice un resumen adecuado para el tiempo que tenía disponible, lo estudié, lo ensayé, estaba lista.
Llega el gran día, aunque algo nerviosa me siento segura y en control. Luego de subir la bandera, inicio: “Francisco del Rosario Sánchez nació el 09 de marzo del 1817 en Santo Domingo. Sus padres fueron Narciso Sánchez y Olaya del Rosario”.
Me quedé en blanco, no recordaba cómo seguir, no tenía ningún apoyo escrito para guiarme. Borré por completo. Miré hacia mi derecha donde estaba mi profesora de Lengua Española, Marina Cueto, bajé el micrófono y alcancé a decirle sin que me saliera la voz “No me acuerdo”.
Con total y plena tranquilidad, haciendo un gesto de que no pasaba nada me dijo: Termina…
Pum! Recordé que Sánchez murió!
Levanté el micrófono y dije: Murió fusilado el 04 de julio del 1861.
Lecciones:
1. Después que te enfrentas a los peor que podría pasar, puedes manejar cualquier otra situación que se presente.
2. Marina, mi profe, cambió mi vida en ese momento. Sencillamente no pasaba nada, no se molestó, ni siquiera se sorprendió. Aunque yo quería morirme de la vergüenza, su actitud antes y después de ese momento fue que eso era algo que podía pasar y que yo podía manejar.
3. Siempre tener un apoyo escrito, no lo lea; pero si te quedas en blanco es un regalo tener algo que desbloquee el flujo de las ideas.